No tiene rampas excesivamente duras (la máxima es del 10,6%) pero tampoco tiene descansillos ni tramos fáciles (sólo recuerdo una pequeña bajadilla en torno al km 7.
El coeficiente global es de 123, lo que lo hace más duro que los otros dos subidos en esta escapada madrileña como son los conocidos Cotos (119) y Morcuera (117). Aunque la verdad es que los tres son muy parecidos: constantes al 5-6% y largos.
Los primeros kilómetros a la salida de Lozoya permiten ver inmejorables vistas del valle de Lozoya que se van difuminando a medida que subimos y nos adentramos en la montaña donde además aumenta la vegetación.
El puerto tiene varias curvas de herradura e infinidad de cambios de sentido lo que lo hace bastante entretenido. Por cierto, alguna herradura es bastante dura. Recuerdo una en los últimos kilómetros espectacular.
La nieve empieza a hacer acto de presencia a partir del kilómetro 7. De hecho en la parte segoviana se encuentra la estación de esquí nórdico de Navafría.
Arriba, bastante gente aprovechando la nieve. Bajada rápida de nuevo a Lozoya donde tomamos una tapitas para comer en una terraza en la plaza.
En definitiva un puerto bonito, tranquilo, cómodo, no muy duro pero tampoco fácil. Muy interesante para los madrileños como toda la zona de la sierra.
Tendremos que volver, se me han quedado muchos sin hacer...
