Eso me llevó a completar en la mañana primero la subida a Gallinero de Cameros y luego esta de Peñahincada con un coeficiente de 55.
Son 9616 metros al 3.6% de pendiente media.
Iniciamos la subida en el pueblo de Ortigosa de Cameros al que hacía años que no volvía.
El inicio, por tanto, es muy suave mientras atravesamos Ortigosa y nos encaminamos hasta el cruce del puerto donde un cartel nos indica que necesitamos cadenas. No se si dicho cartel estará de forma perpetua pero el caso es que esta vez si que hay un tramo bastante helado. Probablemente factible para pasar con el coche aunque preferí no jugármela. Desde luego, con la bicicleta sin problemas.
A partir de este momento la pendiente sube y se mantiene constante en torno al 4%.
Se enlazan varias herraduras hasta que pillamos una recta larguísiiiima de unos 2km y que además pilla con viento en contra.
Cuando por fin giramos a la derecha el paisaje empieza a coger tonos blancos por las cunetas y se continúa progresando en la pendiente hasta mantenerse en el 6% de media entre los kilómetros 3 y 7.
Esta zona va enlazando zonas descubiertas con zonas de pinar, por donde las cabras, vacas y caballos pastan a su antojo.
A partir del kilómetro 7 (que realmente es el fin del puerto) llega lo curioso del día. Giramos en una herradura a la izquierda y nos encontramos con una zona de carretera completamente helada durante los siguientes 3km, que van a ser de falso llano e incluso de bajada hasta el cartel de fin de puerto.
La bici se agarra bien aunque luego en la bajada ya tuve algún pequeño susto en forma de derrape.
El caso es que el entorno se vuelve blanco y frío.
Finalmente llegamos a la cima, donde se abre el valle de Brieva y se empieza a ver el Sol, aunque la verdad es que calienta bastante poco. Hace mucho frío. Hago unas cuantas fotos y para abajo. Dejaremos la otra vertiente para un poco más adelante.
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