Y para terminar las vacaciones de Semana Santa 2014 nos trasladamos a la provincia de Lugo para subir el puerto de Pedras Apañadas. Son 13.3km muy constantes al 6.5% de media. La rampa mas dura es del 10,9% y el km mas duro es el 9 al 8%. Desnivel acumulado de 900 metros.
El puerto se sitúa en la LU-P-3602 que une las poblaciones asturianas del concejo de Ibias con la lucense de A Fonsagrada, a través de este puerto de Pedras Apañadas y del Alto del Acebo.
Iniciamos la subida después de pasar el Puente de Boadil sobre el embalse de Salime donde la carretera se bifurca. Tomamos la derecha. La izquierda nos lleva a Riodeporcos y a otra vertiente.
La carretera empieza enseguida a coger el 6-7% que se va a mantener prácticamente durante toda la subida. Algún tramito al 5%, algún tramito al 8%.
Es, por tanto, un puerto muy constante y como no son excesivamente duras las rampas se puede llevar una cadencia bastante regular.
Nos encontramos con varios cruces, mal señalizados, pero todos son fáciles de elegir ya que la intuición te lleva siempre hacia donde la carretera sigue la línea ascendente.
Lo más curioso llega en el km 5 donde aparece una rotonda (aquí?, en medio de esto?), que nos deriva hacia Grandas de Salime.
A partir de este punto la carretera mejora (tampoco era mala del todo). Pero lo que empeora es el tiempo. El día ha amanecido semi-lluvioso y a medida que vamos subiendo la niebla se nos va echando encima. No se ve más allá de 25m, pero no vamos a parar ahora por eso. Más épico que dirían algunos.
Finalmente llegamos a la cima. O lo que intuimos la cima, ya que no hay no cartel ni nada. Un poco desangelado la verdad. Solo una explanada y una carreterilla a la derecha en mal estado en la que pone salida de camiones y que debe llevar al Santuario. Esta es la cima.
A partir de aquí 3-4km de bajada hasta empalmar con la C-630 que nos lleva a A Fonsagrada bajando el Alto del Acevo y a la Seimeira de Vilagocende, una caida de agua realmente espectacular y totalmente recomendable.
Seimeira de Vilagocende. Increible. Solo falta ver algún duendecillo del bosque.
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