viernes, 17 de enero de 2014

Pradillo-Gallinero de Cameros



Corta pero potente subida al pueblo de Gallinero de Cameros desde Pradillo. Se trata tan sólo de 2756 metros pero con una pendiente media del 7.5%. La rampa más importante se sitúa en el km 2 al 13.6% y el primer kilómetro mantiene un 9,3%.
Carretera comarcal (LR-454) muy poco transitada ya que muere en Gallinero.
El recorrido es muy boscoso con zonas de mucha sombra.



Los datos obtenidos del GARMIN:

miércoles, 15 de enero de 2014

Rivas de Tereso

Se trata la denominada subida a Rivas de Tereso por la parte riojana (carretera LR317) desde San Vicente de la Sonsierra de una ascensión de 10743 al 4.1% de desnivel medio, con rampas de hasta el 11% y tramos de 500m al 8.1%. Para un desnivel acumulado de 440m.

El paisaje en esta época es de viñas secas. Es época de cortar sarmientos así que vamos viendo varias cuadrillas de podadores afanandose en dejar las vides peladas.
Se inicia desde la población de los picaos en un falso llano que va incrementando su pendiente hasta la población de Rivas de Tereso a los 5km, donde encontramos la bifurcación con la vertiente que viene de Labastida.
 A partir de aquí la pendiente se incrementa hasta el 5.5% de media durante los próximos 6km. 

Nos vamos metiendo en el bosque cada vez más cerrado, hasta el km 9 donde encontramos un punto de parada obligatoria en la bajada: "El mirador de la Sonsierra" desde donde un día soleado se puede contemplar prácticamente toda la Rioja Alta.
Finalmente llegamos a la cima. Bastante triste, no hay cartel de puerto ni nada. Como sólo tiene un coeficiente 66, tiramos para abajo hasta la alavesa población de Peñacerrada para realizar la subida también por la vertiente Norte. Más dura, pero mucho mas corta.





Por la parte alavesa, el puerto es más duro al 6% de media, pero es mucho más corto. Aún así las piernas se empiezan a resentir ya que venimos de la subida por la otra vertiente (la sur, 3 veces mas larga).
La vegetación es mucho mayor que por el otro lado (similar a lo que ocurre por ejemplo con el puerto de Bernedo) y combina zonas bastante duras al 10% con otras mucho más relajadas al 1%.
Su coeficiente por esta vertiente es de 37. Lástima que no sea más largo.






lunes, 13 de enero de 2014

Santa Marina por Robres del Castillo


La subida hasta el pueblo riojano de Santa Marina son un total de 11790 metros a una pendiente media del 4,4%, con un desnivel acumulado de 518 metros.
Las rampas más duras en torno al 11,5% justo en el primer kilómetro tras tomar el desvío a Santa Marina.
El inicio de la subida empieza en la localidad de Robres del Castillo desde la N-251 en prologanción de la  que llega de Murillo de Río Leza y Ventas Blancas. Desde este punto la pendiente es muy suave hasta llegar 800 metros más adelante al cruce que nos dirige a Santa Marina.

Es aquí cuando empieza lo realmente duro del puerto. La primera rampa es un muro en el que tenemos que meter todo el desarrollo y la carretera no se va a suavizar durante los próximos 3km. En este tramo se suceden hasta 6-7 curvas de herradura muy cerradas y de mucha pendiente.
 
 


Superado este tramo, claramente el más difícil, el terreno se suaviza con pendientes en torno al 4-5% donde podemos ir bajando piñones y se recobra el resuello.
El paisaje se adentra en una zona mucho mas sombría de pinares durante 3km más o menos pero lo más difícil ya está realizado.
 
 
 
 
 Tras terminar el bosque de pinos, volvemos a un terreno mucho más árido, sin demasiada vegetación e incluso llegamos a un kilómetro de ligera bajada, que justo acaba en el cruce que nos llevaría hasta El Collado.
Una vez aquí ya sólo nos faltan 2 kilómetros para llegar hasta la población de Santa Marina, muy tendidos en torno al 4%.
El pueblo de Santa Marina está tan alejado del mundanal ruido que ni siquiera dispone de electricidad y los 8 vecinos que habitualmente viven utilizan placas fotovoltaicas para su autoconsumo eléctrico.
Desde luego, un lugar para perderse. Eso sí, frío bastante -1ºC.





Y como siempre la telemetría. Esta vez incluye la bajada, aunque con las paradas para las fotos alguna vez se me olvidó poner en marcha el cronómetro.