La subida hasta el pueblo riojano de Santa Marina son un total de 11790 metros a una pendiente media del 4,4%, con un desnivel acumulado de 518 metros.
Las rampas más duras en torno al 11,5% justo en el primer kilómetro tras tomar el desvío a Santa Marina.
El inicio de la subida empieza en la localidad de Robres del Castillo desde la N-251 en prologanción de la que llega de Murillo de Río Leza y Ventas Blancas. Desde este punto la pendiente es muy suave hasta llegar 800 metros más adelante al cruce que nos dirige a Santa Marina.
Las rampas más duras en torno al 11,5% justo en el primer kilómetro tras tomar el desvío a Santa Marina.
El inicio de la subida empieza en la localidad de Robres del Castillo desde la N-251 en prologanción de la que llega de Murillo de Río Leza y Ventas Blancas. Desde este punto la pendiente es muy suave hasta llegar 800 metros más adelante al cruce que nos dirige a Santa Marina.




Superado este tramo, claramente el más difícil, el terreno se suaviza con pendientes en torno al 4-5% donde podemos ir bajando piñones y se recobra el resuello.
El paisaje se adentra en una zona mucho mas sombría de pinares durante 3km más o menos pero lo más difícil ya está realizado.




Tras terminar el bosque de pinos, volvemos a un terreno mucho más árido, sin demasiada vegetación e incluso llegamos a un kilómetro de ligera bajada, que justo acaba en el cruce que nos llevaría hasta El Collado.
El pueblo de Santa Marina está tan alejado del mundanal ruido que ni siquiera dispone de electricidad y los 8 vecinos que habitualmente viven utilizan placas fotovoltaicas para su autoconsumo eléctrico.
Desde luego, un lugar para perderse. Eso sí, frío bastante -1ºC.
Y como siempre la telemetría. Esta vez incluye la bajada, aunque con las paradas para las fotos alguna vez se me olvidó poner en marcha el cronómetro.













































