La Higa de Monreal es el objetivo de la mañana.
Se trata de una imponente cima que asoma en el horizonte de Pamplona con su peculiar forma. Una montaña en medio del valle y que enlaza con la sierra de Alaiz coronada por un repetidor que creo es el que abastece de TV y radio a Pamplona.
La subida empieza en la población de Monreal de la que proviene su nombre a unos 520 metros de altitud en la denominada Carretera de la Higa tras haber girado a la derecha en la N-240 a la altura del pueblo.
En total van a ser sólo 7880 metros de subida pero para un desnivel total de 718 metros. Una media del 9.1%!!!!! Socorroooo!!!
El peor kilómetro al 11,6% (el 5º) y con rampas de hasta el 14,5%.
Coeficiente global de 224, que con una media de 29,28 por kilómetro lo convierte en el mas duro de los ascendidos hasta ahora...
Ni que decir tiene que la subida es por tanto durísima.
La subida no tiene descanso prácticamente en ningún momento si bien los tres primeros kilómetros son mucho más suaves que el resto...estamos hablando de que el 2º es al 8% pero lo que viene después es terrible.
A partir del 1,5km la carretera que al principio se encuentra en perfecto estado pasa a convertirse en una pista con piedra bastante suelta imposible de transitar con bici de carretera. La de montaña es imprescindible.
El tercer kilómetro ya con pista es todavía relativamente fácil pero a partir de aquí la cosa se complica y la pendiente supera ya en todo momento el 10%.
En el kilómetro 4 y tras una curva de herradura a izquierdas aparece una recta terrible. Es la zona más dura con una media del 15% y que además derrapa bastante.
Esta es el peor tramo según la altimetría pero el resto tampoco es más suave. Vamos enlazando múltiples curvas de herradura (creo que son 17 en total, aunque yo perdí la cuenta) y rectas imposibles.
El día ha salido muy soleado para ser Mayo todavía y en una recta me pasa un todoterreno que luego vería en la cima y que pensaría a donde va este zumbado.
La subida no tiene sombras prácticamente.
Sobre el km 6 ya se empieza a ver el repetidor lo que siempre da un poco de moral para lo que queda.
Además, un poco más adelante, vuelve a aparecer la carretera de modo que los dos últimos kilómetros pese a la dureza se hacen algo más llevaderos que los anteriores puesto que el firme es mucho más estable.
Finalmente llegamos a una última curva de herradura, dejando abajo a la izquierda una pequeña Ermita y que permite ver el repetidor a la derecha en una última rampa que se hace con total satisfacción.
Arriba, las vistas son increibles. La verdad es que ya se suponían puesto que en las curvas también se podía ver el horizonte con bastante claridad.
La cima merece la pena el esfuerzo.
Descansamos un poco y empezamos la bajada donde...para rematar el día acabo pinchando. No hay sombra y aprovecho un pequeño matorral para cambiar la cámara.
Y eso que subí con la de montaña!!!!
Y algunas fotos de la subida y de la cima:
